jueves, 31 de diciembre de 2009

31 Razones para empezar un año (Parte 1)

31. Todos y cada uno de los que pisamos el Planeta Tierra sabemos que no podemos vivir en Marte. La Luna tiene muchos cráteres (los esguinces no se podrían curar, tampoco hay fisioterapeutas allí). El Sol produce insolaciones a muchos km de distancia, así que para vivir allí hay que ser un Dios, y encima pirómano. Tenemos la elección en la palma de la mano, y sólo la podemos conseguir con responsabilidad colectiva, porque también sabemos, que en la vida se podrán conseguir tantos trajes espaciales con suficiente oxígeno para vivir en el espacio cuando nos hayamos cargado nuestro habitáculo por excelencia al destrozo.

Aparcar el orgullo en un sitio donde no haya vado; adquirir moral de lo que nos queda por venir y no de lo que nos está haciendo caer en el pozo; murmurar expresiones de agrado y no murmurar con el sonido silencioso de una pistola; apiadarse de los demás sin olvidar nuestros problemas, aunque se sepa que los que tengan otros serán múltiples veces más grandes que los nuestros; ver un animal como una persona más, como descendientes directos que se han quedado en la evolución paralizada de sus genes, no tratarlos como seres inertes, como piedras, pues si la ley los protege es porque se lo merecen tanto como nosotros; pensar en el futuro de nuestra cartera y no hacer planes de una noche sabiendo que el único remedio para sopesar el día de mañana sea dormir; levantarse por la mañana y mirar al cielo sin temor a que pasados unos años, al alzar la vista hacia arriba, sea un motivo para quedarnos sin vista para siempre (no hay gafas en Multiópticas que combatan la decadencia de la Capa de Ozono); pensar antes de cortar un árbol cómo ayudarle a volver a crecer, porque mañana nos acordaremos de que ese acto de caridad por la naturaleza no sólo se quedará en eso, sino en un paso adelante para vivir un poco más; abastecernos de lo poco que tenemos, de lo que realmente nos llene, porque llegará el momento en que no podamos elegir nuestro bien, dependerá de tantos factores que nos será imposible corregirlos todos.

¿De qué nos sirve coger una copa y brindar al compás de un estribillo de Navidad si no sabemos cuántas navidades más tendremos el placer de disfrutar? ¿Cuándo se acaben las uvas (hipérbole o exageración), nos echaremos a la boca qué? Se puede vivir el presente y disfrutar el momento de la llegada de un nuevo año, pero nunca hay que perder los valores de mirar más allá de las horas venideras, hay que ser un poquito más conscientes de que la vida no transcurre en franjas horarias, es algo más que eso, tiene muchas más facetas que hay que conservar. No hay que mirar por los demás, hay que responsabilizar nuestros propios actos, no es mucho lo que se pide, es aportar un granito de arena dentro de un millón. Vivir la vida no sólo para morir tranquilos, sino para que los que vengan después también disfruten de ella.

Feliz Año, espero no ser el único que brinda la llegada del 2010, como del 2050, soñando con que el ser humano sea menos Terminator que el año pasado y más razonable que los años que queden por llegar. Tengo varios motivos por los que soñar y no quedarme de brazos cruzados, cada uno que celebre sus deseos a su manera:

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy demasiado de acuerdo contigo. Tú si que serías un buen presidente de Green Peace. Cierto, el ser humano es un inútil que no sabe lo que hace. Cuando lo perdamos nos vamos a dar cuenta del mal que le hemos hecho a todo nuestro planeta. Pobre naturaleza...

Jaco dijo...

Parece mentira que nos guste quitarle la vida a quien nos la ha dado durante muchísimo tiempo... En fin...

Martita dijo...

31. El año tiene 365 ( a veces, 366) dias, no sólo uno. 24 horas no son suficientes para recordar, ni mucho menos para pensar sobre todo si tenemos en cuenta que 8 mas o menos, las pasamos durmiendo, 4 entre una cosa y otra, comiendo y el resto (12) emborrachandonos entre alcohol, compras, cotilleos, telebasura... Y lo más triste e impotente de todo es que por más que luche, esta calaña no se quita.

Jaco dijo...

Ya, son muy pocas horas para tanto esfuerzo. El Derecho tiene como característica la "Vaguedad", el hombre como atributo el ser "Vago".
Voy a dejar un rastro en palabras, cercano, ínfimo, acojonante, gracioso y típico que me dejó impresionado hace ya un tiempo (repito, es algo completamente insignificante):
"Bajo a tirar la basura orgánica. Tengo dónde elegir, porque hay 4 contenedores. El amarillito correos, el verde goterón, el azul emanems, y el negro apestoso. Abro el negro, que no soy racista, y para mi sorpresa, estaba lleno de cartón. Empiezo a pensar: a 2m están los contenedores de papel (2), casi vacíos, y con amplia abertura. Los de orgánica, incluso, hay que ejercer un sobreesfuerzo para abrirlos, es decir, son más cómodos y todo los de cartón/papel. Conclusión: creo que a la hora de tirar la basura, utilizamos la misma teoría del sexo, "aquí te pillo, aquí te mato".

PD: y todo eso, sabiendo, que me ocuparía igual tiempo de esas 24h del día en elegir bien dónde votar las materias antes descritas.