Ha empezado un nuevo año, el más par de todos los que he tenido el placer (o no) de vivir. Como todo intrépido anormal, me planteo hacer una valoración del año anterior, clasificar los momentos y añadir una nota, un aprobado o un suspenso a los 365 días vividos. Es curioso, de todos esos días, que son muchos, me acuerdo de infinidad de sucesos, unos más atrevidos que otros, unos más divertidos, otros más a recaer en el olvido, pero nunca una valoración por mi parte escaparía a la mención de señalar una faceta en mi vida, un espacio temporal corto, casi 4 meses, un tiempo de ingeniosa falsedad. Soy objetivo, esto es un fragmento como cualquier otro, pero a la vez único, porque nunca he escrito con tan poca ironía.
¿Mal? De ninguna manera. ¿Dolido? Mucho menos. ¿Triste? Todo lo contrario, radiando en felicidad, sin nadie que la de, prefiero ser yo quien la busque y no forjarme una realidad nefasta y aparentemente feliz cuando nunca se han dado indicios a que lo sean. No leas, piensa, no escribas, sufre. La ceguera es sanable, y más cuando te la erradican sin que tengas que mover un palmo. Basta con vivir la racha posterior que te brinda la vida y percatarse de que no ha habido sólo un protagonista actuando de mentiroso (a), ha habido dos, pues creer querer también tiene parte de culpa en ese sentido. Conciencia tranquila, me vaya a la cama acompañado o solo, seguiré siendo el mismo cabrón.
Ya no miro hacia atrás, ya no pienso en errores, ya no quiero tener la sensación de que he obrado mal. Tengo motivos de sobra para pensar que nuevos tiempos vendrán, ángeles que son putas en sustitución de aquellos que quieren convertirse en compañía. Abrir la boca para lucir palabras de rencor no tiene sentido, ¿acaso hablamos con las piedras? Seres inertes, estorbos de la naturaleza. Hay cosas que el simple hecho de nombrarlas producen el mismo efecto secundario en el intestino delgado de una persona que una cucharada de jarabe de higo. Como nunca he perdido la educación, soy educado, y te saludo (en el infierno nos vemos).
Todos de pequeños hemos dicho mentiras, desde prometer llegar a una hora a casa hasta cambiar el rumbo de nuestros planes. ¿Os imagináis la sensación tan extraña que se debe sentir cuando la mentira y la falsedad se convierte en el hobbie por excelencia de una persona? Debe ser algo increíble, lástima que eso lo puedan comprobar sólo unas pocas (unos pocos también habrán, porqué no…). Muchos problemas puede tener alguien, pero cuando hay un momento en que la problemática pasa a la falsa realidad, la vida se convierte en un mito, una leyenda muy poco creíble.
Hollywood necesita nuevas estrellas de cine, es una pena que haya tanto talento regado por el mundo y que sólo unos pocos sepamos de su existencia. Quizás los castings de Gran Hermano no sean lo suficientemente justos; al igual los concursos de “Tienes Talento” deban añadir el formato de la mentira dentro de sus valores; puede que escribir un libro o una biografía sea un éxito de ventas, pero incluso sabiendo que la imaginación que pueda llegar a tener una persona en ese sentido sea esplendorosa, viviendo en carne que la falsedad es otra forma más de personalidad, esa literatura será como una vida anónima más, incrédula, alucinante, estúpida y digna de los más repulsivos desprecios que pueda haber. Es decir, incluso sabiendo que existes, sería un puntazo que dejases de existir, aunque pensándolo bien, ya lo has hecho.
¿Mal? De ninguna manera. ¿Dolido? Mucho menos. ¿Triste? Todo lo contrario, radiando en felicidad, sin nadie que la de, prefiero ser yo quien la busque y no forjarme una realidad nefasta y aparentemente feliz cuando nunca se han dado indicios a que lo sean. No leas, piensa, no escribas, sufre. La ceguera es sanable, y más cuando te la erradican sin que tengas que mover un palmo. Basta con vivir la racha posterior que te brinda la vida y percatarse de que no ha habido sólo un protagonista actuando de mentiroso (a), ha habido dos, pues creer querer también tiene parte de culpa en ese sentido. Conciencia tranquila, me vaya a la cama acompañado o solo, seguiré siendo el mismo cabrón.
Ya no miro hacia atrás, ya no pienso en errores, ya no quiero tener la sensación de que he obrado mal. Tengo motivos de sobra para pensar que nuevos tiempos vendrán, ángeles que son putas en sustitución de aquellos que quieren convertirse en compañía. Abrir la boca para lucir palabras de rencor no tiene sentido, ¿acaso hablamos con las piedras? Seres inertes, estorbos de la naturaleza. Hay cosas que el simple hecho de nombrarlas producen el mismo efecto secundario en el intestino delgado de una persona que una cucharada de jarabe de higo. Como nunca he perdido la educación, soy educado, y te saludo (en el infierno nos vemos).
Todos de pequeños hemos dicho mentiras, desde prometer llegar a una hora a casa hasta cambiar el rumbo de nuestros planes. ¿Os imagináis la sensación tan extraña que se debe sentir cuando la mentira y la falsedad se convierte en el hobbie por excelencia de una persona? Debe ser algo increíble, lástima que eso lo puedan comprobar sólo unas pocas (unos pocos también habrán, porqué no…). Muchos problemas puede tener alguien, pero cuando hay un momento en que la problemática pasa a la falsa realidad, la vida se convierte en un mito, una leyenda muy poco creíble.
Hollywood necesita nuevas estrellas de cine, es una pena que haya tanto talento regado por el mundo y que sólo unos pocos sepamos de su existencia. Quizás los castings de Gran Hermano no sean lo suficientemente justos; al igual los concursos de “Tienes Talento” deban añadir el formato de la mentira dentro de sus valores; puede que escribir un libro o una biografía sea un éxito de ventas, pero incluso sabiendo que la imaginación que pueda llegar a tener una persona en ese sentido sea esplendorosa, viviendo en carne que la falsedad es otra forma más de personalidad, esa literatura será como una vida anónima más, incrédula, alucinante, estúpida y digna de los más repulsivos desprecios que pueda haber. Es decir, incluso sabiendo que existes, sería un puntazo que dejases de existir, aunque pensándolo bien, ya lo has hecho.
2 comentarios:
Hola Jaco todos alguna vez hemos pasado lo que tu pones y tienes mucha razon en lo de las nuevas estrellas de cine, y hay mucha gente que tendria que plantearse lo que quiere hacer en la vida.
Y a la vez que empieza un año. No dicen que año nuevo vida nueva pues es lo mejor que se puede hacer y erradicar todo lo que molesta en tu vida.
Saludos Carlos.
Sabia reflexión Carlos, y tanto. Desde el día 1 de Enero de 2010 ya me mentalicé en realizar todo eso que dices, pero incluso siendo más sarcástico.
Hay que vivirlo, es extraño. Es digno de un relato como el que quieres subir en tu blog, es una sensación sumamente irreal lo que ha pasado por mi cabeza. Hay un momento en el que no sientes otra cosa sino pena. Las circunstancias me llevan a pensar en eso. Pena y asco.
No hay gente que sólamente tenga que plantearse lo que quiere hacer en la vida, tiene que hacer mucho más que eso. Tiene, además, que seguir un tratamiento: no sólo es saber que existe la ética, sino utilizarla; no es sólo ser un humano, sino también comportarte como tal.
Un saludo.
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