Trescientos ochenta y siete mil seiscientos noventa y nueve neuronas en funcionamiento hacen que aprendas de cada minuto que VIVES.
Doscientos treinta y seis mil quinientos cincuenta y una neuronas hacen que te adentres a tomar la decisión más dolorosa y más productiva a la vez en toda UNA VIDA.
Ciento siete mil novecientos cuarenta y cuatro neuronas se enfrentan en una guerra entre lo difícil y lo fácil de una decisión vital DE MIERDA.
Mil neuronas son las que sobreviven y pueden ver lo bonito de un cambio. Las que promueven sonrisas al amanecer y al atardecer. Las que hacen recordar, sin olvidar, que hay veces que es mejor sufrir una vez para luego no sufrir jamás.
Suponiendo que, superdotada o no, ostentes setecientos treinta y tres mil ciento noventa y cuatro neuronas en tu cabeza, elegir las mil gloriosas está en la palma de otro órgano vital de tu cuerpo, la mano.
La voz de la experiencia sirve para ver por los demás sin presagiar, sin presionar, sin obstaculizar.
La voz de los hechos sirve para construir dos baúles, uno con candado y otro abierto a un Don.
La voz de la conciencia sirve para que los ojos se abran y vean más allá de lo que jamás han visto en su vida.
La voz de los deseos sirve para conocer que una herida se puede cerrar sólo cuando deja de sangrar.
De viaje al pasado, aprendí la lección de viajar al futuro.
De vuelta al presente, supe apreciar todo lo bueno del ambiente.
De estar de pie, morían mis huesos por estar sentado.
De estar acostado, soñaba de nuevo con levantarme de allí.
Y siendo sensato, esperé a que una luz apareciese en el camino.
Y de tanto esperar, creí que la vista era sólo de color negro.
Y armado en valor, trasteé hasta la puerta más cercana.
Y entregado a la esperanza, de nuevo abrí los ojos que tenía cerrados.
No supe lo que era hasta que me dieron unos cuantos palos.
No quise saber sufrir hasta que la vida me dio la oportunidad de hacerlo.
No hay duda alguna de que llorar desahoga el alma hundida.
No saber apreciar el dolor antes de la victoria, un error.
Más que saber callar es importante el saber hablar.
Más nocivo que lo nuevo sospechoso es el estar cansado de lo malgastado.
Más locura es la de amar por pena que la de lanzarse locamente a amar.
Más relevante que cualquier cosa es cuando alguien evade el mundo sólo con su presencia.
Palabras que no escuchan en su momento y ahora hacen por querer hablar.
Palabras de un sordo-mudo que hace trizas aquello por lo que luchar.
Palabras subconscientes de una conciencia que quiere dar lástima.
Palabras de un loco que toma la realidad como un cumplido por prometer.
Si la vida son dos días, yo aún no he nadido, dijo alguien sin saber qué es vivir.
Si te come la monotonía, sabrás cuánto de grande es el error que cometerás.
Si tu corazón llora en el presente, es el presagio de lo que te queda por llorar.
Si temes la muerte de "algo", es que todavía no has visto lo que es nacer de nuevo.
Fin de batucadas en mi mente, que hace hueco poco a poco, porque no puede hacerlo ya.
Fin de historias con complejos que hace tiempo que olvidaron ser un mortal.
Fin de lamentos y de agonías sabiendo que no es imposible verte sonreír.
Fin de pensamientos en sinfonía, entre lo que no quieres y lo que quieres sentir.
"Si aparece en vida algo que no creías oír, es esa voz que no tiene habla y que, quieras o no, está ahí" (Consejos de un Aconsejado)
2 comentarios:
Si tan iguales, tantos (R)eflejos en el espejo, donde la sintonía y la silueta asustan y no es extraño, ya no están difusas. Apareció cuando menos lo quería, cuando por sí sola se valía. Rompió sus esquemas y ella acabó con sus días de melancolía. (O)btuvieron vida, ilusión y nuevos amaneceres. Hoy quedan en el olvido como leves recuerdos. Aprendieron a hablar, escribir y escuchar. Pudieron amar pero algo los tuvo que frenar. El pasado es pasado pero a veces se torna presente y es más vigoroso cuando el miedo aún está vigente. Entre el miedo y la inquietud hay un abismo de diferencia: el miedo paraliza, la inquietud moviliza. Se quedó rezagado ante un presente deslumbrante. No es de extrañar, hay futuros aun inciertos. Si el deseo hubiera estado algo patente, nada de esto tendría sentido pues reirían constantemente.
Ella esperó tiempo atrás, pero aún no estaba. Se preguntó dónde estuvo mientras erraba, confió en ese destino que un día hizo que sus caminos se cruzaran. Le perdonó toda esa (T)ardanza ya que ahora por fin veía a su ángel de la guarda. Noches pasaron en vela, compensando esa espera. Esperaban ese momento mágico donde se fundieran en un abrazo. El día llegó, salió el Sol y tras él, la Luna. Luna que un día se asomó, observó y calló para después ocultarse y dejarlos a oscuras.
No es cuestión de obligar a amar, no es buen cometido. Es cuestión de arriesgar, dar todo y más, no impacientar, ni caer ante la más mínima. Es cuestión de ilusionar a quién tienes delante, hacer feliz a los demás, sin pretender que te den un presente. Es perdonar tus errores pasados, saber pensar y sentir, todo está equilibrado. Es recordar qué tuviste, qué tienes y dejarse llevar, enfrentarse al pasado y al incordio de volver a errar, no precipitar las palabras mágicas y no bloquear por inquietar lo que no sabemos si vendrá.
(A)hora mira de nuevo hacia atrás. El camino recorrido en todos estos años, intenta olvidar aquello que aún hoy te hace daño y quédate tan sólo lo que hace ser quién eres, no fuerces el recuerdo que se distorsiona, **NADA ES IMPOSIBLE**, es en serio, no es broma. Tras la tormenta viene el Sol, tras el invierno, la primavera. Tras un error viene un acierto, tas la desilusión, la esperanza. Tras la muerte puede que haya otra vida, no lo sé, no es mi batalla. Sólo sÉ que es un proceso, este camino, mi vida, **MI COMETIDO**.
Leído (en dos partes); entendido (en una); meditado (anterior a ambas); ratificado (en contenido literal); y comentado (con palabras abstractas) por la puerta grande (puertas que no son Blog).
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