viernes, 11 de diciembre de 2009

El núcleo de mi corazón



Las hojas estan sobre la tierra
La caída ha llegado
Los cielos azules se vuelven grises
Como mi amor
Intento llevarte
y hacerte sanar
Pero nunca fue damasiado
Debo ir.

¿Y quien va ha salvarte cuando me haya ido?
Mirará sobre ti
Cuando me haya ido.

Dices que te te interesas por mi
Pero lo escondes bien
¿Cómo puedes amar a alguien y no a ti misma?

¿Y quien va a salvarte cuando me haya ido?
¿Y quien mirará sobre ti cuando me haya ido?

¿Y cuando me haya ido quién romperá tu caída?
¿Y aventar tu flama?
No me puedo ir dejandote perdida de todo pero puedo ganar
¿Quién facilitará tu dolor?
Facilitará tu dolor.

¿Y quien va a salvarte cuando me haya ido?
¿Y quien mirará sobre ti cuando me haya ido?
¿Y te dará fuerza cuando no seas fuerte?
¿Quien mirará sobre ti cuando me haya ido lejos?

La nieve esta sobre la tierra
El invierno esta viniendo
Tarde tu escuchas mi voz
Pero me he ido lejos.


A buen entendedor, pocas palabras bastan.

NO QUIERO COMENTARIOS.

9 comentarios:

Marta dijo...

Sé que pediste que no se hicieran comentarios pero yo, al igual que tú, tengo mis ideas propias y creo que es mi derecho expresarlas. Sin faltar a quién tengo delante. Es por ello que, como se dice en mi tierra, ni pa ti ni pa mi, no voy a decir nada yo, sólo transcribo:

"Puede ser que el viaje no esté mal,
que un ángel celestial me invite a cenar.

Puede ser que no haya más allá,
que el cuento acabe mal y no vuelva a empezar.

Hoy ha venido a verme una mujer alta y sonriente.
Me ha dicho coge mi mano fuerte y sígueme.

Puede ser que el cielo tenga mar,
que sea un buen lugar para verte llegar.

También puede ser que no te vuelva a ver,
que tenga que sufrir mi destierro sin ti.

Hoy ha venido a verme una mujer alta y sonriente.
Me ha dicho coge mi mano fuerte y sígueme.

Vino vestida de blanco,
se sentó a mi lado y me hizo sonreír.
Mientras aún tirabas tú de mí.
Y antes de su beso eterno
Le pedí un deseo que pude cumplir:
Deshojar la luna para mí.
Y en el pétalo de la esperanza
pude ver tu nombre y el de otra mujer,
suspiré tranquila serás feliz otra vez.

Suelta ya mi mano, suelta ya mi mano,
suelta ya mi mano estaré bien."

"La oreja de Van Gogh, La visita. A las 5 en el Astoria."

NO hay más ciego, que el que no quiere ver y como, por lo general, tienes la vista perfecta, apunta esto en tu cuaderno y te lo metes en tu mochila, por si un día, a la sombra de un olivo, te da por leer.

Jaco dijo...

Tranquila Marta, ahora esta canción me produce REGOCIJO.
La letra de la canción está chula. Quien sea capaz de deshojar la luna para verlo en directo, tiene mis respetos jajajajajajaja.
ME LA GUARDO en todos los sentidos... ;)

M@rT@c@ dijo...

Tal vez no venga a cuento pero no se en donde escuche esto y me acordé de todo esto:

"(...) yo necesito toda una vida
para aprender cómo vivirla.
Y una persona sóla es muy poco
para aprender lo que es amar..."

Jaco dijo...

Mi gran escape
es mi mas grande error
creo que es mejor que te des la vuelta
no te vayas lejos
hoy... hoy...

Cuando me encuentres en la mañana
colgando una advertencia
Oh... La broma es para ti
Dijiste que estabas fingiendo
Aquí están los finales infelices
Oh... La broma es para ti.

Chosssssss lo waaaaaaaaaaaaaaaapo! jajajaja

Martita dijo...

Puede que sea lo wapo si miras como espectador... si fueras el protagnista, ya no. Aunque te descargues y te sientas relajado... realmente la culpa pesa y tardará en bajar de peso.

No obstante e intentando no perder el hilo... te digo:
" Puede que sea preciso viajar antes de saber cuál es la meta adecuada para nosotros. Quizá la primera vez que amas sea la primera".

Federico Moccia, Perdona si te llamo amor, pag. 63.

Besitos llenos de optimismo realista.

Martita dijo...

Fe de errores en cita literal:

" Puede que sea preciso viajar antes de saber cuál es la meta adecuada para nosotros. Quizá cada vez que ames, sea la primera".

me pasa a veces. :(

Jaco dijo...

Vuelve a leer las estrofas, y déjate de protagonistas, son unos "chupa-cámaras"...

Si no te gusta viajar (entrelazando), hay doble confusión en tus palabras. Y otra cosa, para mí, por principios, la más importante (ojo, que me esmero):

"Si cada vez que -te entregas- no la vez como la última, el último aliento en el camino hacia la felicidad, recoge las cosas, mételas en la mochila, y continúa andando. Lo realmente importante (en sus inicios), no es el -en/amor/amiento-, es la elección detallada, precisa, acertada y meticulosamente estudiada de la materia prima para hacerlo, y eso, lleva tiempo y es muy, pero que muy, muy difícil".

MaRtiTa dijo...

Aclaro, yo no he dicho que no me gusten los viajes, sino los desplazamientos... Transcribo mis propias palabras:
"Los paseos/viajes... no me gusta viajar! En verdad viajar sí, tener que desplazarme no. Tal vez sea trauma infantil, inseguridad o las ansias previas pero en todo desplazamiento me entran fatigas (literales) a no ser que yo conduzca (¿necesidad de control?). NO guardo buenos recuerdos de mis viajes... o por lo menos, no de la mayoría. Y no me refiero al desplazamiento, que eso es un día, dos como mucho (ida y vuelta). Me refiero a la estancia. Tal vez, cometa el error eligiendo al compi de viaje. Tal vez por eso ha llegado el momento de viajar sola... por lo menos durante un tiempo. Pero el tiempo es relativo, ¿cuánto dura el tiempo?"

NO hay contradicción en mis palabras, sólo refleja que los cambios me desestabilizan (como a todos) y eso me produce malestar... No obstante, admito que es necesario pasar la fatiga de escalar la alta montaña para contemplar el paisaje desde lo alto. Gozar de la sensación de superar el daño y revivir de nuevo.

En cuanto a tu frase, no te la discuto. Es verdad que es necesario hacer análisis detallados y pormenorizados de la materia que vas a trabajar dado que es la base del producto. Esto es un trabajo artesanal, pieza a pieza, elemento a elemento. El problema viene cuando no hay donde elegir, cuando no tienes margen de maniobra, cuando la materia no es buena y, sobre todo, cuando tus manos tiemblan al trabajar. Pese a esto, ahora más que nunca, la experiencia es tu más fiel consejera, ella te prepara para abrir los ojos, contrastar elementos y elegir adecuadamente... claro que la elección es difícil, la competencia es dura pero esto sirve para que el producto, sea mucho mejor. La suerte del principiante la tienen sólo unos pocos y yo, como muchos otros tantos, tan sólo soy parte de la multitud.

Jaco dijo...

Vale, recojo pues esas palabras.
Si no te gusta desplazarte, es que no tienes ilusión en hacerlo, quizás porque la estancia, prejuzgando, no te gusta, y eso limita y mucho.
A nadie le gustan los desplazamientos, por esa lógica (yéndonos al tema de conversación, y dejando al margen los elementos físicos).
¿Porqué cuando estoy en una estancia agradable no muevo ni un pelo? Pues porque ese desplazamiento tiene una gran probabilidad de que no altere mi estado de ánimo o, en su defecto, que sea para agravarlo. Previamente antes de desplazarme, asiento con la cabeza y con la mente que será regocijante, si en ese juicio de valoración no encuentro esa motividad, me quedo en mi estancia aunque sea la más aburrida que exista.
Me atrevo a decir incluso, que si el producto por el que se compite está lleno de experiencia, se plantea esos desplazamientos una y otra vez, y reboza en madurez a la hora de tomar partida en un viaje... ya de por sí, es bueno.
Recuerda también, aunque no hayan tesis, que la suerte del principiante es relativa. ¿Porqué? Pues no se puede llamar "suerte" a sólo un intervalo temporal. Es un concepto mucho más extenso y abarca muchas cosas. Así mismo, el ser "principiante" no se achaca sólo al que haya realizado un "acto" una vez. Puedes ser principiante teniendo un historial muy largo detrás. El ser principiante tiene la misma suerte que un experimentado, lo demás que se pueda decir del término, es leyenda. "Mi sombra no la veo como un obstáculo, y la luz no la veo siempre como una salida. Por lo tanto la idea de bien platónica, aunque muy bien montada para la edad, es interesante, pero ficticia... igual que la suerte".
Para añadir: Todos somos parte de la multitud. Pero el hecho de que tú contestes y yo vuelva a responder, por lo menos en estos cachos, nos sacan de ese ámbito. Quizás... eso es privilegio.